Aunque han pasado pocas semanas desde el último boletín de noticias la situación ha cambiado mucho.
En la última carta les comentaba los planes de salir nuevamente al campo y les invitaba a
unirse a una red de trescientas personas de oración, y pocos días después entramos en cuarentena por la pandemia del COVID 19.
El objetivo no cambia, todavía estoy enfocada en salir al campo transcultural sólo que el proceso tal vez tenga variaciones en la línea de tiempo.
Como en muchos lugares del mundo la ciudad donde vivo entró en cuarentena y nuestras
autoridades estatales nos indicaron salir sólo lo necesario para ir a comprar víveres o al trabajo si no se podía hacer desde casa.
Las autoridades de nuestra iglesia también nos pidieron suspender las actividades por lo menos hasta el 2 de mayo, y hemos tenido que recurrir a los servicios virtuales en redes sociales !bendito Dios por la tecnología!.
Desde la primera semana es común ver en las redes las transmisiones en vivo de los pastores amigos y de la iglesia, lo cual me hizo recordar el tiempo en el campo; sobre todo el primer año, cuando no tenía la oportunidad de ir a una iglesia, si bien me reunía con otros obreros semanalmente, los servicios eran en inglés que no es el idioma de mi corazón.
Recordé el tiempo donde añoraba estar en la congregación alabando y adorando en comunión con mis hermanos en Cristo (en el mismo idioma) y recurría a Youtube para tener esos tiempos de alabanza, adoración y para escuchar alguna predica.
Pienso que muchas personas al estar en sus casas y no tener la oportunidad de ir a una
congregación sentirán un poco lo que un obrero transcultural vive continuamente, y oro porque eso redunde en una oración más ferviente hacia los obreros de campo que están viviendo estos tiempos de cuarentena en países extranjeros con las mismas dificultades (o incluso más) de las que nosotros enfrentamos en nuestros propios países.
Desde el inicio de la cuarentena mi meditación y oración ha ido por aquellos que están sirviendo fuera de su país que también han visto suspendidas las actividades de su ministerio.
Si a uno, en su propio país le resulta frustrante no poder desarrollar el ministerio para el que ha sido llamado por las diversas restricciones ¿Puedes imaginarte lo que viven aquellos cuyo propósito de estar en otro lugar es compartir el evangelio?
Y no sólo eso, también la incertidumbre que se vive en la economía, pues al sufrir la economía de nuestros países, se resiente también la de aquellos a quienes enviamos al campo.
Mi oración -y te invito a que también sea la tuya- es que ninguno de los obreros, se quede sin sustento en estos días difíciles.
Me he estado comunicando con mis amigas en el campo (obreras y creyentes) y puedo ver que en en medio de todo Dios está en control y estos tiempos difíciles pueden ser tiempos de oportunidad.
Lidia y su papá están bien gracias a Dios, al ser una persona de la tercera edad, el papá de mi amiga tiene que tomar muchas precauciones y observar la cuarentena.
Me dio mucha alegría cuando hablé con ella, escuchar que siguen en el camino y a raíz de esta contingencia muchas personas se han interesado por conocer más del Maestro, es a través de las redes sociales, ella y muchos otros creyentes del país están compartiendo.
Y sonará loco, pero al escucharla, mi deseo era estar con ellos y acompañarlos en estos momentos.
Dios sabe porqué no estoy todavía allí, así que mientras estoy en mi país, sigo yendo en oración a Campo y acompañando a quienes fueron enviados y están pasando momentos de dificultad, y aprovechando también las oportunidades para ejercer la fe y compartir un mensaje de aliento y esperanza en todo tiempo.
Hace unos días se me invitó a compartir en el funeral de una familia no creyente, amiga de una de nuestras hermanas de la iglesia.
Por la contingencia sólo estuvieron algunos miembros cercanos de la familia y estaban buscando quien les compartiera en el funeral, me conmovió mucho ver el dolor de la familia al no conocer del Señor y tuve la oportunidad de compartirles de la esperanza en Cristo Jesús.
Es muy necesario, sobre todo en estos tiempos de incertidumbre seguir proclamando el mensaje de esperanza hasta lo último de la tierra, y para ello necesitamos a los obreros en el campo. Te invito a que si has leído este boletín, te unas a mi oración por los obreros en el campo de todo el mundo.
Estando lejos, es fácil sentirse sólo e incluso abandonado por quienes los enviaron, especialmente en estos días de cuarentena, así que únete conmigo por estas peticiones a favor de los obreros en el campo.
!Gracias por sus oraciones!
Cristina