
Escuela para madres Visalia, CA
Fue un gusto hermoso conocer a las hermanas en Visalia y le doy gracias a Dios que une al servir.
Doy gracias a Dios que me permitió ir . Estar en ese lugar, Visalia y compartir del amor del Señor fue como lo expresé allá, nos une la sangre de Cristo Y aunque solo fueron Dos días, cuando escuchaba sus testimonios y cómo compartían también sus cargas pude abrazarlas y orar por ellas y sentirme identificada con ellas .
Y yo creo que así como a mi un día El Señor me mostró que no estaba cumpliendo su propósito como esposa ni como Mamá. Y El Señor empezó a hacer cambios .
Así lo ara también con ellas . Y es mi oración que ellas reconozcan que son de gran valor para Dios y que cada una de ellas tiene características y cualidades especiales.
Fue una experiencia inolvidable el haber convivido ese tiempo con Bellas mujeres de Visalia, el ver que a través de cada una de las conferencias Dios iba hablando a sus corazones y que pudieron darse cuenta de lo que tenían
que cambiar para ser mejores madres, pude ver que a través de las experiencias compartidas por cada mujercita en la mesa Dios
fue sanando sus corazones. Dieron de su tiempo para ir y querer mejorar, y se que ese tiempo no fue en vano, porque Dios seguirá haciendo grandes cosas en ellas para tener familias fortalecidas. Les agradezco la calidad humana y el amor que tuvieron hacia nosotras, el darnos lo mejor sin conocernos, no cabe duda que Dios nos une en amor y para Dios no hay fronteras.
Para mi fue hermoso poder experimentar la comunión entre las hermanitas. Pues aun sin conocernos nos sentimos en casa. Las hermanas que nos hospedaron y nos dieron los alimentos fue algo muy mexicano. Nos sentimos honradas por tantas atenciones. Les doy las gracias por abrir su corazón y permitirnos compartir la escuela para madres.